lunes, 31 de marzo de 2014

Imaginando realidad



Le encantaba fantasear, sacar de paseo la ilusión de vez en cuando e imaginar cómo sería su casa, de color pintaría la pared, como sería la cocina o si poner alfombra en el salón. Tenía la cabeza llena de ideas, tantas como su mente le derajara dibujar. Pero al final del día, mientras se contaban el uno al otro lo mucho que se querían, se dio cuenta que su hogar estaría donde él le llevara, su cocina sería su boca, su alfombra su pecho, el color de la pared sus ojos y su sofá su hombro. Sólo importaba que en aquellas ideas nunca faltara su presencia.


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