jueves, 26 de junio de 2014

Amar y querer.



A veces y solo a veces entendemos que podemos entender lo que sucede. Que la vida y la mente están hechas para hacer el hombre, y el  corazón y el alma a la persona. A veces pero solo a veces, sabemos distinguir lo que queremos y lo que deseamos, ya que lo que queremos son meros caprichos del hombre y lo que deseamos lo anhelamos con el ímpetu entero de nuestra persona. Disociar entre lo que amamos y con lo que nos encariñamos, en qué momento empezamos a querer y en qué instante dejamos de hacerlo, es solo para mentes prodigio. Tu y yo no somos así, y eso de que dicen que tropezamos varias veces con la misma piedra lo tenemos tan asimilado que cuesta creer que no es así. Supongo que nuestro único propósito es avanzar con el tiempo, paso a paso como avanzan las manecillas de cualquier reloj, aunque a veces no quedemos sin pilas, solo necesitamos cambiarlas por unas nuevas. En ningún caso podemos retroceder aunque sea para coger impulso porque entonces seriamos contrarios a la vida y a lo que supone formar parte de ella.

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